Siguiendo por acá a para mantener el blog... Hoy me tocó trabajar con la Samsung ML-1865w, no hay que confundirla con la ML-1865, aunque externamente son bastante similares hay una pequeña diferencia entre ellas, la terminada en "w" tiene conexión WiFi, casi la misma memoria RAM, velocidad de procesador algo diferentes, detalles que en términos generales no son de mucho interés para el usuario común, ambos excelentes equipos para un buen trabajo continuo, diseñadas para un volumen promedio de 5000 páginas al mes, de solo impresión en negro; en ambos equipos le complican un poco la existencia al usuario por tener que comprar nuevos cartuchos de tóner al agotarse éstos, 1500 impresiones promedio por cartucho nuevo, pero con 700 impresiones aproximadamente con el que trae la impresora. Hago la aclaratoria porque en el país desde donde escribo (Venezuela) es bastante costoso el remplazo de los cartuchos, aunque sean de muy buen rendimiento, los cuales no duran como para el volumen de impresión mensual para el cual fue diseñado el equipo, pero tampoco es malo porque indica que el equipo nos puede durar bastantes años cuando se usa debidamente.
El fabricante recomienda cambiar el cartucho de tóner al agotarse para mantener la calidad de impresión y evitar posibles fallas a la impresora por derrame de polvo o desgaste de las piezas; ya es costumbre recargar (solo cargar con más tóner) o regenerar (hacer cambio de algunas piezas que sufren desgaste más carga de tóner) y acá es donde se puede presentar el inconveniente, los cartuchos de tóner vienen con un CHIP que le indica a la impresora cuando el tóner se ha agotado, haciendo el cálculo por la cantidad de tóner usado para la impresión, o sea, mientras más tóner se use (letras más gruesas, imágenes) va restando cantidad de impresiones promedio y no dejará seguir usando el cartucho de tóner aunque se recargue, se debe gastar un poco más de dinero para comprar el CHIP que le indique a la impresora que es un cartucho de tóner diferente; he tenido varios casos donde el cambio del CHIP no surte efecto porque vienen malos y no les dan garantía en la mayoría de los casos, eso significa, un ir y venir a los negocios donde hacen el trabajo de recarga o regeneración del cartucho, tiempo perdido y molestias que complican la vida.
Pero como siempre digo, el que hace la ley, hace la trampa... podemos cambiar el Firmware (programa interno) de las impresoras para que no "detecten" la cantidad de impresiones por cartucho usado. Ésto es un trabajo algo delicado pero no imposible, sí no se hace paso a paso y con el debido cuidado podemos "perder" el equipo, un problema sería que fallase la energía eléctrica al estar realizando el procedimiento, haciendo que no se cargue el debido firmware modificado; por ahora no he perdido ninguna de las máquinas a los cuales se lo he realizado, pero siempre cabe la posibilidad; en algunos foros de otros equipos he leído que hay formas de cargar en modo forzado el firmware para tratar de recuperar la impresora, cuando me toque pues publicaré los resultados.
En Internet se consigue de todo, así que sí se arriesgan a hacer el cambio de firmware para poder seguir usando el mismo cartucho de tóner original solo recargando, hay que tener en cuenta un detalle, colocar la misma versión o mayor del firmware modificado; en ésta de hoy usé la versión 5 porque era la que tenía la impresora (viene impreso en una etiqueta pegada sobre uno de los componentes electrónicos de la tarjeta lógica); el procedimiento es algo diferente a otras impresoras más viejas porque el firmware es válido para el serial de cada impresora, quiere decir que hay que hacer dos procesos, cambiar el serial electrónico y luego cambiar el firmware... ojo, ésto hará que el sistema operativo nos reconozca la impresora como otra diferente, lo cual no es nada del otro mundo, simplemente borramos la anterior y trabajamos con la que se reconoció como nueva, en Windows aparecería como COPIA1 y así evitamos el inconveniente de saber por dónde se manda a hacer la impresión.
En general, un excelente equipo para un trabajo rudo.